Esta columna la escribí hace exactamente dos años y medio para una revista de papel. Fue la primera de dos columnas que, sin darme cuenta, hablaban de un proceso muy personal. Textos íntimos que hoy expongo con pequeños cambios y reflexiones más actuales y que son el punto de partida de una idea que lleva demasiados años dando vuelta en mi cabeza. Pero ya no tengo excusas y es hora de hacerla realidad.
¿Qué es la belleza?
Si hay algo que he aprendido en los últimos años (y a “últimos años” me refiero a la vida post pandemia), es a apreciar la belleza. Sin darme cuenta se convirtió en un concepto recurrente en mi día a día, a ese “algo” a lo que aferrarme. Por lo que proponer una columna que hablara sobre ella fue solo un paso natural para mí –aunque en ese momento no era realmente consciente de ello–.
Escritores, diseñadores, artistas y filósofos se han referido a este concepto a lo largo de los años. Por ejemplo, Coco Chanel decía que “la belleza comienza en el momento en que decides ser tú”. El maestro de meditación, Thich Nhat Hanh señalaba que “ser bello significa ser uno”. Emily Dickinson, creía que “la belleza no es causada. Está”. Y Confucio decía que “todo tiene belleza, pero no todos la ven”.
A los pocos días de proponer el tema a la revista, me encontré –sin buscarlo– con un ejemplar del libro Mirar y pensar la belleza del escritor y filósofo chino-francés, François Cheng. En él dice que “gracias a la belleza el mundo no es en absoluto un espacio neutro, insípido e insignificante (…) Es precisamente gracias a la belleza que, a pesar de nuestras condiciones trágicas, nos apegamos a la vida”.
Por otra parte, el filósofo inglés y padre del empirismo filosófico y científico, Francis Bacon señalaba que la belleza está en los ojos de quién la mira. ¿Significa, entonces, que nunca existirá un concepto unificado de la belleza? Puede que para encontrar una respuesta sea necesario navegar por las profundas aguas de la filosofía y, ni siquiera allí, la hallaríamos, pero lo que la frase de Bacon sí hace es poner la mirada en el interior y sacar a la belleza de ese inalcanzable pedestal de lo formal.
Cuando me crucé con Mirar y pensar la belleza logré comprobar que, aquello que me hacía tanto sentido, y a lo que se refiere Bacon de una forma tan directa y honesta, era real: sí, la belleza existe, pero está en los ojos de quién la ve. Aunque sea un destello fugaz.
Este pequeño libro me hizo comprender que la belleza no es nada glamoroso ni complicado. Es, justamente, todo lo contrario. Se encuentra en lo cotidiano y en lo sutil, quizás, por la misma razón, es que cueste tanto reconocerla. Porque es simple. O, por lo menos, para mí, lo es. Porque la he visto en todas partes, en cada calle, luz y movimiento…en la vida misma y, por supuesto, en el amor. Pero también, en los dolores, porque creo que la belleza existe –en silencio– en la oscuridad, mientras espera pacientemente a ser descubierta.
Si nadie cuestiona la belleza bucólica y natural de las flores, ¿por qué nos cuesta tanto aceptarla en nosotros? Según Cheng, “cada ser está virtualmente habitado por la capacidad de alcanzar la belleza y, sobre todo, por el ‘deseo de belleza’”.
Entendiéndolo así, alcanzar ese esplendor singular, tan propio de cada ser debería ser algo natural; alejándolo automáticamente del concepto de perfección. Si todo es potencialmente bello por el solo hecho de existir; eso significa que cada uno de nosotros es, por sí mismo, bello. ¿Tiene sentido, no?
Toda esta discusión fácilmente puede ser materia de un profundo ensayo, pero ese no es mi propósito ni mi lugar. En cambio, solo puedo decir lo que creo y siento: me inspiran las cosas bellas; tanto, que aprendí que sin ellas, no puedo –o no quiero– vivir. Son las cosas sencillas de la vida; esas que a veces me susurran al oído para que las vea, pero otras, me gritan para que las atienda. Esas que me hacen sentir viva. ¿No debería ser eso la belleza? Sí, para mí la belleza está lejos de ser superficial, es una dimensión tan profunda que me conmueve incluso en los días más oscuros y que, como dice Cheng, me aferra con más fuerza a la vida.
¿Y, para ti, qué es la belleza?
Hermosa columna, muy tuya, muy real, muy necesaria, hermosa. <3
Hermosa columna ❤️🔥❤️🔥 me hizo reflexionar mucho sobre lo bello en el dolor, en esa oscuridad donde aloja la belleza expectante, como dice Paz. Qué ganas de seguir leyéndote!!! 💜